En el mundo del esquí acuático, el gate, es decir, la entrada a la pista, juega un papel crucial. Un error en esta fase puede invalidar toda la pasada, arruinando el desempeño del esquiador. Por otro lado, un buen gate facilita enormemente el resto de la pasada.
En este deporte, existen numerosas teorías y enfoques por parte de esquiadores y entrenadores con amplia experiencia. En nuestro caso, hemos desarrollado una estrategia que está en constante evolución:
Nuestra táctica consiste en atacar el gate y la pasada desde el principio.
Nos abrimos justo cuando los pregates (marcados en verde) están entre la mitad del parabrisas y la lancha, adaptando este momento según la velocidad y la longitud de la cuerda.
A mayor velocidad, nos abrimos un poco antes, mientras que con una cuerda más corta lo hacemos más tarde, después del parabrisas o del motor.
Es fundamental comenzar con una posición sólida. En el slalom y en la mayoría de los aspectos del esquí, los movimientos son progresivos.
Iniciamos el movimiento progresivo desde abajo hacia arriba, asegurándonos de que el primer movimiento sea con el esquí en lugar de los hombros, lo que podría comprometer el equilibrio.
A medida que nos dirigimos hacia afuera, aproximadamente a 60 grados, aplicamos presión con las piernas para levantarnos sobre el esquí y liberarnos, lo que nos permite mantener velocidad y deslizarnos paralelamente a la lancha.
Durante este proceso, mantenemos la cuerda tensada para garantizar una tracción adecuada, utilizando la punta del esquí para direccionar y frenar cuando sea necesario.
Si estas con el agua rompiendo más atrás que la bota delantera algo esta fuera de balance.
La atención visual desempeña un papel crucial en nuestro deporte, al igual que en muchos otros. Desde el principio, enfocamos nuestra mirada en los pregates y la lancha.
Una vez que iniciamos el movimiento hacia la izquierda, cambiamos nuestra atención al centro de los gates.
A diferencia de algunas enseñanzas que sugieren fijarse en las boyas de la izquierda, preferimos enfocarnos en el centro del gate, ya que nos permite anticipar mejor los movimientos y mantener una velocidad óptima.
Esto nos ayuda a evitar quedarnos cortos de velocidad y a evitar el efecto bola de nieve, donde se requiere una aceleración y frenado excesivos.
Es esencial atacar el centro del gate, evitando el error común de enfocarse demasiado en el gate derecho, lo que podría llevarnos a pasar por fuera y comprometer la pasada.
Una vez que llegamos al spray, comenzamos a visualizar la boya número 1, con el objetivo de atacar el centro y planear la vuelta de manera eficiente.
Recomendamos a los esquiadores que prueben diferentes velocidades y ángulos de apertura, desafiándose a sí mismos para explorar sus límites y mejorar constantemente.
En nuestros entrenamientos, nos enfocamos en pasar la gran mayoría de los gates, pero también probamos atacar tanto que pasamos por fuera. Es muy bueno probar los limites.
En resumen, el objetivo del gate es salir de la segunda ola en una posición estable, con la cuerda tensa y la mirada hacia adelante, listo para abordar el resto de la pasada con determinación y precisión.
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Arturo Nelson
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